jueves, 19 de septiembre de 2013

DI LO QUE SIENTES

Mi nombre es Juan. Todo comenzó cuando estaba en el primer año de secundaria. Ya íbamos en mitad de año cuando me declaro a una de mis amigas, Alison, y aceptó. Estuvimos muy bien durante un mes, nos amábamos mutuamente, o al menos estábamos bien.

Pero en el colegio, un día, en mi periodo de descanso veo a una persona que de pronto me gusto mucho. Era muy reservada, estaba con sus amigas, entre cinco, ella en medio, pero lo más curioso fue que cada vez que intentaba mirarle el rostro, como si fuera casualidad ella se volteaba para otro lado y no la podía ver. Eso hizo que me inquietara mas por conocerla y eso trate de hacer como por un mes, hasta que en un festival de música que se organizo en mi cole, la veo con dos de sus amigas. Como siempre ella en medio y nos miran a mí y a mis amigos. Me decidí a que de una vez supiera que me gustaba. Así que cuando nos cruzamos le dije “Ey, me gustas mucho”. No sé, a veces cuando lo recuerdo me parece tonto, pero eso fue lo que hice, y entonces sus amigas la empezaron a molestar y demás. Mis amigos se quedaron con la mirada de “y a éste que le pasa”.

Pero, no sé cómo, llegó a oídos de Alison, todavía mi novia en ese momento. Me gritó y por poco casi me da una cachetada de esas, y yo obvio que se lo negué.
Pasó como una semana y la volví a ver, esta vez con todas sus amigas. Yo estaba solo y le volví a decir que me gustaba en frente de todos. Ella se ponía muy roja y sus amigas la celaban. Fue tan chistoso esa vez y así como un par de veces más.

Hasta que un día descubrieron mi paradero después de clases. Supongo que me siguieron. Era un lugar donde se baila en maquinas y yo estaba ahí, bailando. Como siempre, muchas personas mirando pero no me di cuenta que estaban ella y todas sus amigas ahí, esperándome para presentármela. Cuando termine de bailar y quería irme, las vi y no sabía qué hacer. De pronto me entró una timidez que nunca había tenido, así que por cobarde, me fui rápido, no hice caso a sus llamados.

A la siguiente semana (como en Octubre) me llamaron, pero esta vez en el cole y por mi nombre. Ya estaban investigando todo acerca de mí y otra vez la misma. Me acobardé y me fui lo más rápido que pude. En todo ese tiempo estuve de novio con Alison, pero ya no la amaba, así que nuestra relación pronto terminó.

En un festival de baile de mi colegio, en el cual debíamos participar por cursos con danzas internacionales, pero yo decidí no entrar, ya que no me gustaba la danza que le había tocado a mi curso, por lo cual me fui a bailar a otro curso, que casualmente era de la persona que me gustaba. La danza era una tradicional de mi país que se baila por parejas, y yo hice de todo para bailar con ella, ó sea, la persona que me gustaba. Así fue, bailé con ella pero nada más. Fue como si no pasara nada. Fue decepcionante. Pensé que ante tantas acobardadas de mi parte, yo ya no le interesaba.

Estaba tan mal, no quería a nadie, quería estar solo, pero en ese momento vino Alison, otra vez a gritarme y reclamarme, esta vez porque se dio cuenta con quien bailé. Dijo que yo me fui a ese curso porque quería estar con “esa”. Fue la gota que derramó el vaso, pues me encontró en un mal momento. Primero traté de explicarle que solo fue casualidad, pues en verdad así fue (excepto que yo hice que ella bailara conmigo), pero como seguía gritándome que no me creía y que yo la fui a buscar, le dije que sí, que yo fui a propósito a buscarla, que yo ya no la amaba y que quería terminar nuestra relación. Sorpresa la que me llevé. Lloró y me dijo que lo intentáramos una vez más. Yo le dije que no, que ya no la amaba y que si seguíamos sólo la iba a hacer daño y me fui.

Ya terminaba el año y, justo el último día, la persona que me gustaba, vino a buscarme, sola. Otra vez el nerviosismo se apodero de mí. Esta vez decidí conocerla, así que me quede donde estaba y cuando se acerco me dijo: “Hola Joao. Ven, quiero hablar contigo”, pero si no soy yo es otro, vino justo en ese momento mi hermano para que lo salvara, pues estaba a punto de perder el año y quería que lo ayudara a buscar al profe de la asignatura en la que estaba mal, así que me disculpe y tuve que ir.

Pasó ese año, que por cierto era el 2006, y al año siguiente, la conocí, a mitad de año, pero fue tan estúpido ese momento, pues uno de mis amigos sabia que me gustaba, así que en una salida del cole, me llamo y me llevo a donde ella. Yo no sabía nada. Cuando la tuve enfrente la mire y era hermosa, me la presentó. Ese día recién me entere de su nombre. Se llamaba María y estaba un curso menos que yo. Yo estaba feliz todo ese día.

Al día siguiente pregunté a mi amigo cómo le hizo para presentármela. Me dijo que para hablarle tuvo que decirle que le prestara dinero, para una urgencia y que luego le devolvía el doble. No, casi lo mato. No podía creer que hiciera eso, pero total, ya estaba hecho. Claro me encargue de que le devolviera el doble como le prometió, pero sin que María se diera cuenta.

Salimos un par de veces, fueron de lo más locas, pero todavía no me atreví a declararme. Llegó el fin de año, quise hablarle el último día, así que la busque en la salida. Ella me dijo que seguiría al año en el mismo cole y nos despedimos hasta el año siguiente.

Y supongo que pensaran que terminamos juntos, pero esto fue lo que paso:

El primer día del año entrante ella vino al cole. Yo la buscaba y la encontré. Acordamos hablar en la salida y pasamos a aulas. Nos encontramos en la salida, conversamos de nuestras vacaciones y otras cosas más. Pero al final me dijo algo que quebró mi mundo: decía que ya no estaría allí, que sus padres habían decidido cambiarla de colegio, en otra ciudad. Tuve que contenerme para no llorar, nos abrazamos, pero nada más. La vi por última vez, se perdió entre la gente. Esta última parte es la que más me duele de mi historia, no pude declararle mi amor, y me sigue remordiendo hasta ahora.

Ojala que las personas que están indecisas en este momento, que les gusta alguien y que no pueden decírselo, ya sea por miedo o cobardía, aprendan un poco de mi historia, pierdan el miedo. Es mejor decir lo que sientes. Si acepta, pues muy bien, pero si te rechaza, al menos lo has intentado… Pero, eso sí, dile de una vez lo que sientes. En serio, que si no lo haces, te arrepentirás después. Se siente muy feo y a la vez triste.

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