jueves, 7 de noviembre de 2013

SU ALCOHOLISMO DESTRUYO NUESTRA RELACION


Hola. mi nombre es Pedro soy de Chile, de una cuidad pequeña en el norte. Les contaré mi historia de amor. Nos conocimos un día en la noche, ya iba a ser la una de la madrugada. Un amigo mío me invitó después de mi trabajo a una reunión de amigos. Ahí fue donde lo conocí y él no me miro en toda la noche. Sólo yo lo miraba. Cuando lo vi fue algo mágico, me dolió mi panzita.

Después de eso no sabía como se llamaba hasta que me dieron su nombre: Jaime. Quedé plop, como dice Condorito. Él es muy sencillo, algo enojón pero eso es por su estrés del trabajo. Yo le contaba de todo hasta que un día cuando declaré en mi familia que era gay me corrieron de la casa, así que lo llamé y me dijo: “Vente conmigo hasta que las aguas se calmen”.

Así fue, estuve con el un año y cuatro meses en su casa, hasta que por una discusión tonta nos separamos. yo volví a mi casa y él se quedo en la suya con sus padres y hermanas. Ellos me extrañan, pero él no lo sé, porque cada vez que voy a verlo esta con tragos y se duerme yo lo despierto y me dice “¿Quieres dejame dormir”. Ya pasan las horas y me retiro por ser muy tarde.

Después pienso en donde esta el Jaime que conocí. Su trabajo lo absorbe, mi cariño por el no ha cambiado a pesar que fue él quien me corrió de su casa por la discusión. Después que nos habíamos separado yo fui en todo el momento el que llamó, envió mensajes. Eso sí, siempre me he dado cuenta que él tiene mas interés en cosas de su trabajo, su familia, sus amigos y yo soy el ultimo al que él le presta atención.

Yo lo quiero mucho, lo amo y eso me entristece ya que él no pone nada de su parte. Sólo cuando esta con un trago se acuerda de mí. Su alcoholismo destruyó mi relación con el. He intentado de todo. Hablar con él, decirle lo que siento, demostrarle lo lindo que lo valoro. Lugar donde me invitan siempre les digo si puedo ir con mi pololo y ellos dicen que bueno, sí, que venga, es muy bienvenido. Hasta cuando le digo a el y me dice “No quiero ir, anda tú solo”.

A veces siento que es un rechazo o ya su amor se terminó. No sé que hacer, si seguir intentando resolver esta situación o dejar que todo pase. No llamarlo ni mostrar mi interés, no dudar de que tenga ya los ojos en otra persona. Luchar o bajar los brazos y no remar más. En eso estoy ahora esperando a ver que sucede y si es la separación definitiva aunque duela tratar de no hacer nada mas y quedar así.

¿Por qué es tan difícil amar a alguien que no tiene ya una pizca de atención hacia ti? ¿Por qué cuando uno ama entrega todo sabiendo que esta seguro y no recibe nada a cambio? ¿Qué debo hacer en esta situación tan débil y tan dolorosa para mí?

Bueno, amigos, espero que me ayuden con mi hermosa y triste historia de amor, que me tiene en un límite de angustia y tristeza.

ME ENAMORE DE UN CHICO QUE DECIDIO SER SACERDOTE


¡Cuántas historias de amor! Aprovecho este espacio para descargarme. Lo que me pasa es que me he enamorado de un chico desde el primer momento en que lo vi. Íbamos a la misma universidad pero no compartíamos ninguna clase. Una de mis amigas había hecho amistad con él en los recreos y empezamos a vernos así. Sólo a veces nos cruzábamos y nunca tuvimos tiempo de charlar, sólo nos saludábamos. “Hola, ¿qué tal tu día?” “Bien, ¿y el tuyo?” “También”. Eso era todo lo que llegamos a decirnos.

Cada vez que lo veía me perdía en sus ojos, tan transparentes, tan hermosos. Era el chico que había esperado toda mi vida, nunca me había pasado lo mismo con alguno de los chicos que me habían atraído antes. Nunca tuve una relación de noviazgo ni nada por el estilo, soy una virgen de 25 años que jamás ha besado a un hombre en los labios. Muchos me jactan de monja, y es que en realidad sólo me falta el hábito y un rosario en la mano. Pero no he sentido nunca ese “llamado” para serlo, además voy como dos veces al año a la iglesia y eso de confesarse con una persona no me parece necesario, puesto que creo que basta con disculparse ante el mismísimo Dios, y con verdadero arrepentimiento. Pero eso no viene al caso.

Resulta que este chico adorable y como si fuera poco, muy bello físicamente, no era de mi ciudad. Había llegado desde un pueblo muy, muy alejado sólo para estudiar en la universidad, como les pasa a muchos que no tienen universidades en sus pueblos natales. Yo nunca sentí de parte de él que yo le atrajera, aunque me pasaba el rato mirándolo y haciéndole ojitos cada vez que lo veía. Él era realmente adorable, único. Pero era amable con todo el mundo, y no me trataba a mí de manera diferente. Y en el poco tiempo que convivimos en aquellos fugaces minutos de recreo, me quedé completamente loca por él. No veía la hora de dejar el aula para buscarlo, cosa que era difícil porque el edificio era muy grande y con muchos pisos. Y me quedaba estúpida cuando hablábamos, casi no me salían palabras de la boca, no sabía qué decir, sólo me quedaba perdida en sus hermosos ojos azules.

Y terminé la universidad. Me recibí y no fui nunca más. No tenía forma de comunicarme con él hasta que apareció su cuenta en el bendito Facebook. Lo agregué como amigo y comenzamos a hablar por ahí. Y cada cosa que me decía me enamoraba más, teníamos tanto, pero tanto en común, ¡algunas cosas hasta me asustaban por las coincidencias! Yo pensé que éramos el uno para el otro y que la distancia no podría ser un obstáculo entre nosotros. Podíamos viajar todo el tiempo, a mí me gusta viajar y a él también, no había problema ya con eso. Había planeado mi vida con él en mi cabeza, boda, niños, una familia feliz como siempre soñé. Hasta que un día todo cambió.

De repente desapareció del Facebook, único medio por el que nos comunicábamos. Yo sabía que era muy solidario, que le gustaba ayudar a la gente y que era creyente, pero jamás imaginé que querría ser sacerdote. Y le seguí escribiendo, pero ya no contestaba. Veía los comentarios de sus hermanos que le escribían cosas como “Suerte en este nuevo camino que comienzas”, cosas del estilo. Y me quedé esperando, aún sabiendo que estaba en el seminario, que me contestara, y aunque sea me contara cómo fue que de un momento a otro decidió ir por ese camino. Pero nunca me contestó.


Todavía está en el seminario y creo que no cambiará de parecer. Esperaba que fuera una prueba que se estuviese haciendo a sí mismo para ver si quería seguir ese camino, pensé que tal vez lo dejaría y que yo podría seguir con mi conquista, pero el tiempo pasó y no volví a saber de él.

Comprendo ya que no puedo seguir así. Pensé en escribirle una carta en papel y enviársela por correo tradicional, contándole lo mucho que lo extraño, pero encima él me ha ignorado por completo, creo que hasta se ha olvidado de mi, porque nunca sintió lo mismo por mi.

Es una pena, y me pone muy triste tener que olvidarlo, y además es que no puedo, es muy difícil, siento que me persigue su sombra adonde quiera que vaya, veo señales, como el nombre de su pueblo en el cartel de algún negocio o que lo digan justo cuando enciendo el televisor, incluso su propio nombre me persigue, es muy difícil para mi este amor imposible.

Pero tendré que olvidarlo, no me queda más remedio, además no podría seguir intentando conquistarlo, yo respeto mucho a Dios, y si él eligió ese camino, también debo respetarlo, por mucho que me duela.

Que más da. Esa es mi historia, tal vez parezca muy estúpida, porque sólo yo me he enamorado. Él ni siquiera debe recordar que existo a estas alturas, pero siempre estará en mi corazón y lo recordaré como uno de los más grandes amores de mi vida, porque así lo he sentido.

REENCUENTRO POR INTERNET


Todo comenzó cuando estaba cursando los últimos años del colegio secundario. Ella había ingresando a la Universidad en el año 75, yo había ingresado a la facultad de Tecnología. Nos conocimos en los ensayos del coro de la Universidad por medio de una compañera de grupo. Ésta, a la vez, estaba muy interesada en mi persona, razón por la cual se rompió mi relación con la persona en cuestión. A partir de ello empieza la odisea en mi vida.

Fue así como abandoné la carrera para alejarme al exterior en busca de nuevos horizontes, con tal mala suerte que no volví a saber nada de ella.

Al través del tiempo se ha presentado en mi pagina de Internet luego de mucho tiempo de buscarla por cielo y tierra con la esperanza que se mantuvo viva por todo este tiempo. Todos los años siguientes se han transformado en sueños, ahora hechos realidad, porque ella esta en contacto conmigo todos los días. Es muy importante destacar que tenemos mucho de que hablar y nos contenemos uno al otro. 

Es admirable la forma que nos comportamos a pesar de haber formado nuestras vidas en años anteriores, a pesar de la distancia, lo que significa que hemos cumplido nuestra parte de criar y educar a nuestros hijos y, ahora que son grandes y hemos dejado que el tiempo nos vuelva a juntar, queremos empezar una vida juntos, amarnos y no volver a separarnos mas.

Yo la amo y ella a mi también mi quiere. Cómo olvidar que en noches como esta la tuve entre mis brazos, y sus labios rojos que he besado, quedo por siempre grabado en mi corazón, como una figura sagrada a la que le debo todos los días una oración como agradecimiento de su aparición mágica.

Han pasado 35 años desde la última vez que la vi. Mi historia comienza cuando me entero que ella se fue a vivir a Suiza con su familia, tengo contacto con ella desde hace cuatro meses y creo que después de tantos años de ausencia, renació el amor pasional por parte de ambos. Sé que no es muy fácil controlar la distancia y el tiempo que nos falta para llegar a unirnos, previo a regularizar una serie de papeles que hacen a nuestros intereses. Durante todo este tiempo hemos planificado todo lo que soñamos hacer, para nuestra posteridad y nuestra vida en general.

Me encuentro viviendo en Buenos Aires y no estoy en condiciones de viajar ahora. Digo que por otro lado la situación que atravieso no está como para pensar en un viaje. Por el momento, no puedo decir que puedo viajar en cualquier momento, porque ella tiene que terminar una relación que lleva desde hace doce años con otro señor.

He pensado que al final todo sea por estar tan enamorado. Soportare una serie de inconvenientes hasta después de fin de años, lo que significa un lapsus de aproximadamente seis a ocho meses. La ilusión que pinta en estos momentos es tan inmensa que no me queda otra que esperar y esperar.

EL AMOR LLEGO EN EL MOMENTO EQUIVOCADO


Ya han pasado casi 6 años desde que lo conocí. En nuestro primer encuentro tan sólo tenia 15 años. Él, un estudiante de bachillerato con 4 más que yo. Ese día estaba dispuesta a subirme a un escenario por primera vez, ese día estaba decidida a vencer a mi miedo a cantar en público, algo que me atemorizaba. Como tenia poco con ello alguien decidió ir a fastidiarme mi tarde, a lo que yo me vine abajo y pensaba en tirar la toalla, pero él sin conocerme de nada se acerco a mi y me dijo: “Lo haces genial Rake, tu puedes”.

Esas palabras me llenaron de fuerza. Quizá en ese momento necesitaba un empujón y fue él quien me lo dio. Llegó el momento y me armé de valor, un valor que no se de dónde saqué pero que me hizo interpretar a la perfección esa preciosa canción (”Eras tú – Merche”) que me recuerda tanto a él.

Pasaron los meses y a pesar de estudiar en el mismo colegio nunca nos cruzábamos, pero algún día tenía que volver a verlo. Llegó el día de Ramos, marzo de 2006, acudimos a la iglesia como cada año. Esta vez había un cambio, antes de ir a comer iríamos a tomar algo con unos amigos de mis padres. Cuando entro se me acerco una de las amigas y me dice: “Raquel, este es Adolfo, mi hermano”. En ese momento sentí una alegría inmensa, como si llevara esperando ese momento mucho tiempo. A lo mejor puede resultaros una estupidez, pero en ese momento sentí que tenia delante al amor de mi vida. Su físico no me impactó, no puedo decir que sea un pivón pero esos ojos…me hipnotizaban.

Mis padres empezaron a salir a menudo con su familia y ambos aparcamos a los amigos. Preferíamos salir juntos a pesar de nuestra edad, nos arriesgábamos a salir con nuestros mayores. Pasábamos noches agotadoras jugando al parchís y riéndonos como nunca. Reconozco que esos fueron los meses más felices de mi vida. La gente comentaba ¡Estos están juntos!, ¡Están enamorados!, pero ninguno decía nada. Sentí esa necesidad plena de estar todo el día con él, cuando llegaba a casa me pasaba horas y horas dando vueltas en mi cama pensando en si el sentiría lo mismo que yo.

Pero como dicen todo lo bueno se acaba y en mi caso no iba a ser lo contrario. Nuestras familias tuvieron una discusión y acabaron a mal. Yo, con 15 años, no supe como reaccionar, me estanqué y pensaba que si yo seguía siendo la misma con ellos mis padres no lo verían bien, así que consciente o inconscientemente dejé de mantener ningún tipo de relación con ellos.

Las primeras semanas me seguía saludando con él, pero ya nada era lo mismo. Sentía que me saludaba por saludar, que lo hacia por cumplir y yo de nuevo me quede sin valor, ya no tenia valor de mirarle a los ojos, porque cada vez que lo hacía me apretaba aun mas ese nudo que tenia en la garganta.

Aún recuerdo cuando nos encontrábamos esas tardes-noches de fiesta. Siempre le veía, con sus amigos, en la primera barra de aquel bar donde tantas veces nos encontrábamos Podía escuchar música y controlarle a la vez hasta que sonaba esa maldita canción, esa canción que atraía todos los ojos de mis amigas hacia mi esperando que me cayera la primera lagrima. No podía evitarlo “Todavía me acuerdo de tí” y es que todavía seguía intacto su recuerdo. Yo esperaba que algún día se acercara a mi y me dijera: “¿Raquel porque no me miras? ¿Porque haces como si no estuviera?” Ninguno de los dos lo hizo nunca. Demasiado iguales, Acuario teníamos que ser.

Le esperé durante un año. 365 días y alguno más le llevaba en mi cartera. Siempre conmigo en una foto que yo misma imprimí, que por cierto aun conservo. Admito que tenía posibilidades con otros chicos, pero yo prefería esperarlo a él. No podía perder la esperanza que aún me quedaba, así que viendo que estaba estancada en aquel capitulo de mi vida sin fin una de mis amigas decidió ir a hablar con él. Sí, sé lo que estáis pensando, esa tenía que haber sido yo. Le pregunto si sentía algo por mi y él respondió que no, cuando mi amiga me lo hizo saber se me vino el mundo encima, pero yo podía con todo, o eso creía.

Abril de 2007. Día de la sidra en un concejo cercano al nuestro. Un camarero, se fijó en mí, se quedo prendado de mis ojos, de mi sonrisa, o eso decía Decide buscarme e investigar sobre mí. No le llevo mucho tiempo conseguir mi correo, pues teníamos algún amigo en común. Se puso en contacto conmigo y fue claro y conciso, pero yo también lo fui Le dije que tenia una espina en el corazón, que lo estaba pasando muy mal y que no tenia ganas de conocer a nadie. Durante mucho tiempo, él fue mi pañuelo de lágrimas. Cada día que pasaba él se enamoraba más de mi y a pesar de eso el nunca dejo de aconsejarme que fuera a buscarle, que fuera sincera. Pensé que se merecía una oportunidad o por lo menos una cita y se la di.

Quedamos y se portó genial conmigo, me decía que a pesar de que yo seguía enamorada de mi primer amor él me esperaría. Le quería tanto… Empezamos nuestra relación Lo que no sabía es que eso no era amor, era amistad, cariño, gratitud, no era amor.

Después de dos años juntos llegó la mejor noticia de mi vida, la locura más correcta que jamás cometí. Íbamos a ser papás. En julio de 2009 llegó mi príncipe, lo más grande que tengo en mi vida, el único que me dice: “No llores mamá”. Porque ya nada es lo mismo. Mi novio sigue echándome en cara que nunca lo quise ni podre querer como quise y quiero a Adolfo, que mi vida es triste, porque me falta un pilar muy importante que es él, porque necesito abrazarle y decirle por fin mirándole a los ojos que lo amo más que a mi vida. Hace unos meses dí un gran paso, le agregué a una red social y él aceptó mi solicitud. Tan solo hubo unos privados en los que no se pudo apreciar nada de interés.

Así que me he rendido, he decidido tirar la toalla y asumir que el amor de mi vida llegó en el momento equivocado y que como tantas y tantas veces hay amores que no son correspondidos.

No podeis imaginaros como me siento. Tengo un vacío dentro que me impide ser feliz, que no logro pasar página de una maldita vez y que esa espina cada día que pasa se clava más y más. No puedo evitar desearle lo mejor del mundo, pero- en el fondo- saber que lo mejor del mundo lo tendría a mi lado, que no puede haber nadie que lo quiera más que yo.

¿SE LO MERECE?


Hace cuatro años estaba de novia con un chico al cual amé como nunca pensé que iba a amar. Estuvimos 10 meses y cortamos por diferentes cosas, pero siempre quedó algo pendiente.

Él me hizo muchas cosas feas después, pero siempre le perdonaba todo y lo seguía hablando o besando (sin ser novios).

Luego de un tiempo me entero que se había puesto de novio con una “amiga” mía y estaban a escondidas. Fue como si se me terminara el mundo. Un balde de agua congelada. Pero lo superé, aunque él me seguía buscando.

Un año mas tarde (él seguía de novio), nos encontramos en una fiesta de un amigo en común y terminamos pasando la noche juntos. Acepto mi error. Me dejé llevar por los buenos recuerdos, pero luego de eso volvió a renacer ese amor que había estado dormido dentro de mí. Hablamos, me pidió perdón por todo lo hecho y lo perdoné. Me pidió volver conmigo y dejaba a su novia pero yo, de puro orgullo, no más dije que no, porque era hora de cerrar ese capitulo en mi vida, aunque me moría por volver con él.

Luego de eso, él nunca más me mando mensajes ni nada, pero daba la casualidad que siempre me lo encontraba cuando menos esperaba verlo.

Hace unos meses, me empecé a hacer muy amiga de su hermano. Siempre salíamos de fiesta juntos y el grupo de amigos en común que teníamos, hasta que un día terminamos besándonos Al principio fue raro, pero me empezó a gustar. Estuvimos varios meses besándonos, saliendo, hasta que un día estábamos en un bar y justo entra mi ex (osea el hermano de mi saliente actual) y nos vio dándonos un beso. Desde ahí me elimino de Twitter, de Facebook, de MySpace, eliminó mi numero, me bloqueó y sé que está enojado.

Yo siempre le dejé una puerta abierta para volver y ahora que sé que no me va a perdonar jamás. Me siento terrible porque siempre lo quise, aunque me sentí atraída por su hermano.

QUIERO TENER UN HIJO


Esta es brevemente mi historia de amor. Tengo 35 años y me enamore de un hombre casado. Lo conocí hace muchísimo tiempo y siempre lo vi como un amigo y compañero de trabajo, pero desde hace tres años para acá empezamos a sentir mucha atracción hasta que me deje llevar por sus besos y empezamos una relación.

Él tiene ahora mismo 42 años y yo estoy súper enamorada de él. Él dice que me ama y que solo está con su esposa por su hijo. Tiene un solo hijo, al cual adora por supuesto, pero cuando yo le pedí que tuviéramos un hijo, porque yo lo amo y quiero tener lo con él, me dice que no puede, que sus miedos y su forma de haber sido educado no le permite tener hijos fuera del matrimonio. Que no es su voluntad, pero que me ama mucho y se siente completo conmigo.

Sin embargo, yo me desespero porque se me pasa la edad para que yo pueda tener un hijo. No soy muy fértil y cuando estamos juntos siempre me cuida para no quedar embarazada. Hemos intentado terminar esta relación debido a ese problema, ya que yo quiero buscar al padre de mi hijo y él no me quiere dejar. Cuando lo intento me dice que yo lo traiciono y que soy una egoísta.

Siempre le digo que yo no le voy a ocasionar problemas, que incluso no lleve su apellido y tampoco logro convencerlo.

Por favor, ¿podéis aconsejarme sobre qué puedo hacer con él? Cómo lo olvido si lo amo tanto y yo quiero tener a mi hijo con él, pero no compartimos el mismo anhelo. Mi mayor anhelo es tener a mi hijo ya conmigo, pero él insiste en que no quiere tener hijos fuera de su matrimonio.

AMOR SECRETO: TEMO Q OTRA CHICA LO CONQUISTE



Mi historia de amor secreto comenzó hace seis años, cuando mi madre decidió quedar con una amiga y sus cuatro hijos. Decidieron quedar en una ermita en medio del campo, ya que era un sitio muy bonito para ver y un lugar ideal para jugar al balón o correr.

Recuerdo que yo tenía nueve años y no me entusiasmaba mucho la idea de pasar la tarde con cuatro niños haciendo el bruto, pero yo accedí a ir e intentar ser positiva. Nada más bajar del coche le vi, estaba de pie con la luz del atardecer detrás, una tímida sonrisa y su mirada con ese brillo de inteligencia me hicieron enamorarme perdidamente de él.

Me acerqué para entablar conversación no sabía quien era o como se llamaba,cuantos años tenía o donde vivía,no, solo sabía que era él ese chico que llega a la vida de todas las chicas.

Me lo presentaron. Resulta que se llamaba Alejandro tenía doce años y que iba a mi mismo colegio. Como ya he dicho, han pasado seis largos y felices años y todo este tiempo he estado loca por él. Somos los mejores amigos, tenemos un montón de cosas en común, nunca desde que nos conocimos hemos tenido una disputa.

Lo malo es que soy una cobarde. Llevo años callandome lo que siento y me encantaría decirle: Eres mi vida, te amo y quiero que sepas que desde el primer momento en que nuestros ojos se cruzaron mi corazón ha sido solo y nada más que tuyo.

El problema, lo que realmente me preocupa es que este año él va a la universidad y me temo lo peor. Temo que una chica mejor que le “hechice” y que no sepa que siempre alguien le ha amado en secreto, aunque no tuviera ni la más mínima idea.