jueves, 31 de octubre de 2013
AMORES PLATONICOS; AMORES PRECIOSOS, PERO AMORES IMPOSIBLES
Esta historia no es una historia… esta historia es mi vida. Lo que pasa cada día y lo que pienso que no cambiará.
Hace un año y medio escuché una banda y wow, ¡me encantó! Sólo había escuchado una canción, sin ver quien cantaba, ni los integrantes, ni nada pero la banda me fascinó. La canción la escuché en una página de música.
Inmediatamente me metí a todos lados a investigar sobre la banda y pues vi a los integrantes y pues vaya ¡que cueros! Pero de los 4 integrantes que son hay uno que simplemente jamás voy a superar. Prefiero no decir nombres de nada, ya que todos viven para criticarlos en mi cara y eso me molesta.
En fin, en menos de un mes me hice una súper fanática de ellos… cada día aprendiendo algo más de la banda y del chavo.
No se por que, me dicen que estoy loca, pero cada día que pasaba me sentía más cerca de el. No lo conozco, nunca le he hablado. No sabe nada de mí. Pero bueno, el amor es así.
Un día en un foro me enteré de que ellos venían a mi país a una firma de autógrafos. ¡No lo podía creer! estaba demasiado feliz y más rápido que inmediatamente les hable a mis amigas para decirles. La fecha llegó. Ese fue simplemente el mejor día de mi vida… lo recuerdo bien.
Llegamos un día antes de la fecha al lugar donde sería la firma. Cada hora que pasaba estábamos cada vez más emocionadas. Hasta que llegó la hora señalada. No cabía en mí de emoción. El sólo pensar que lo iba a ver en persona era suficiente para alargarme un día de vida.
Por fin llegué hasta él, le había comprado una vaca de peluche (porque en 2 días era su cumpleaños). El la recibió y más tierno que nunca me dijo “¡thank you!”, con la sonrisa más hermosa del mundo, una sonrisa que todavía recuerdo como si aún estuviera en frente de él.
Me sigo arrepintiendo de que lo tuve cerca de mí, como siempre soñé, pero la maldita emoción no me permitió hablar. Me vi como un bulto inservible mirándolo nada más y, de repente, me eché a llorar. Él, tiernamente me dijo “no, please don’t cry” pero al oír esto… lloré más. Que idiota me vi. Pero a pesar de eso, recuerdo ese día como el mejor día de mi vida. El sólo pensar que me vio, me notó y me hablo basta para que la felicidad se me salga por las orejas.
Después, al día siguiente. Un concierto de una radio. Estuvieron ahí y otra vez él me notó, sí. Mis amigas y yo estábamos como locas saltando y gritando a todo pulmón sus canciones. Éramos las únicas 3 chavas tan emocionadas en el concierto, por eso sé que fue a nosotras a las que vio. En un momento, cuando menos me lo esperaba, volteó, nos vio a lo lejos y sonrió. Wow, mágico. Estaba tan feliz que me caí.
Esos dos días fueron simplemente increíbles, pero, después de eso, comenzó mi depresión. El pensar que jamás lo volveré a ver, que tal vez jamás sepa lo que siento por el… me mata.
No quiero pensar en una vida sin el. Una vida sin el para mi no es vida. Estoy amándolo cada día un poco más. Yo jamás escribo versos, jamás he
sido buena en eso pero mira:
“Reír sin tener motivo,
Llorar sin tener dolor,
Soñar sin estar dormido…
Así es el amor.”
“La prisionera de tu voz,
condenada a no besarte.
La que antes de que te vallas,
ya comenzó a extrañarte.
La mendiga de tu luz,
la rehén de tu ternura.
Un grillo que, por error,
se enamoró de la luna.”
Sufro por su amor. Ya quiero verlo otra vez y esta vez no desaprovecharé la oportunidad para hablarle.
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