domingo, 6 de octubre de 2013

¿LE GUSTO?

 

“Ya han pasado como cuatro días que no lo he visto y él hoy me llamo al celular”

Sin conocerme, fue muy amable en prestarme sus apuntes, pues por el trabajo suelo faltar a clases. En varias oportunidades me ayudo de la misma forma. Estaba tan conmovida que fuese tan amable de salir de su clase para atenderme, en agradecimiento le obsequie un chocolate y escribí una nota que decía: “Eres muy amable, ¡muchas gracias!”. Me dijo “¡Gracias!”, muy sorprendido.


Siempre lo veía por el pasillo y, a pesar que le di el chocolate, no nos saludamos con besito (por mi parte me pongo colorada de la vergüenza y prefiero solo saludar de manitas). Aún no sabía su nombre, ni él mi nombre. Sólo éramos simples compañeros.

Un día él falto a clases, se me acercó y me saludo con besito y me pidió mis apuntes y que le explicara qué trabajos habían dejado y encima me hace bromas y la verdad me extrañó que me lo pidiera a mí. Bueno, él tiene más amigos que yo en el aula, yo soy nueva.

Desde allí, cada vez que me ve por los pasillos así este con amigas o amigos me ve y me saluda con un beso y se va a sus clases. Ya estaba por acabar el ciclo y me dijo, nos vemos el próximo semestre en inglés.

Llegó el nuevo semestre y no pensé verlo de nuevo. Coincidimos en un curso, llegué tarde a clases, lo vi sentado pero entré tan apurada que no lo salude. Terminaron las clases, yo seguía copiando en mis apuntes, el salón ya estaba vacío y se acerca hasta mi lugar y me dice “Hola” y comienza a conversarme y a preguntarme qué cursos llevaré y no se iba hasta que salimos juntos del aula conversando y, la verdad, me quedé muy asombrada.

Un día llegué tarde. Todos estaban trabajando en grupos de 4 personas y yo estaba trabajando sola y me invita a sentarme con él para trabajar en clase con él y sus 2 amigos. Recuerdo que él sabía mi nombre, pero no mis apellidos y ese día como anotamos todos nuestros nombres en el trabajo grupal, él después de un buen rato de estar estudiando me pregunto sobre el origen de mi apellido materno y lo pronunció y me asombré.

En clase se sienta delante de mí y con el cuerpo pegado a la pared y con sus brazos en mi carpeta y así estuvo casi toda la clase. Por ratos él veía como escribía en mi cuaderno. En los momentos de break conversábamos y como estamos en invierno me comenta que hace mucho frío y que sus manos están moradas del frío y yo le dije que exagerado Y me invito para que tocara sus manos para que viera que en verdad estaban frías.

En una oportunidad nos volvimos a quedar solos en clase y se ofreció a enseñarme el curso que llevamos sin yo pedírselo. Accedí sin problemas y quedamos para estudiar una hora, pero horas antes de la cita me llamo al celular para decirme que si quería podríamos estudiar desde más temprano para que pueda aprender mejor. Accedí, normal, y nos quedamos como tres horas. Es más, termino de enseñarme y se ofreció para que me enseñara otros días y que lo llamara para coordinar otra clase. No se qué pensar, pues no somos muy amigos, con la re justas se su nombre y una que otra cosillas de él.

Un día un amigo me vino a buscar al salón y salí un momento en la puerta a conversar y este chico salió minutos detrás de mí y se puso casi a mi costado, como observando el pasillo. Estaba tan cerca que pudo escuchar todo lo que converse con el amigo que vino a buscarme. Yo me di cuenta de eso y, la verdad, parecía un tontito, porque lo miré y me quedó mirando. Me asombré, pues me parece muy extraña su actitud.

Fue su cumpleaños y le obsequie una tarjeta expresándole mi agradecimiento. Le escribí frases hermosas para él y le dije que admiraba su forma de ser y unos chocolates y se quedo tan admirado, parecía que estaba tan contento que de lo serio cambio a lo bromista. A raíz de todo ello lo he notado mas desenvuelto conmigo.

Al día siguiente hubo examen y cambiaron el salón y como llegué tarde no sabía, estaba perdida y él me llamo para decirme exclusivamente en que salón estaban. Saben, no era la primera vez que cambian de salón y él sabiendo mi numero nunca me ha llamado para avisarme, pero me sorprendió que ahora si lo haga, tal vez el obsequiarle ese detalle lo hizo cambiar.

Hoy hubo otro examen y él me volvió a llamar al celular para preguntarme en que aula seria el examen. ¿Creo que no hay necesidad de llamar o si? ¿Ustedes los hombres son prácticos, no?

Con esto de los exámenes no ha habido clases y ya han pasado como cuatro días que no lo he visto y él hoy me llamo al celular, pero no me di cuenta de su llamada y cuando vi la llamada perdida lo llamé. No habré demorado casi nada, lo llamé pero no me contesto. ¿Qué raro? ¿Por qué no me habrá contestado?

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